Sinceramente, este ramo fue una sorpresa muy grata y se convirtió de cierto modo en mi espacio de escape durante el semestre. Al principio entré con un poco de vergüenza, porque suelo ser más reservado, pero la buena onda y disposición de los compañeros, el profe y el ayudante hicieron que me soltara súper rápido. Lo que más valoro es que pude desconectarme del estrés típico de la U y volver a pasarlo bien jugando, casi como cuando uno era chico, pero entendiendo ahora el valor real que tiene eso para formar equipos y la planificación que hay detrás. Además, toda esa confianza que gané en los juegos, dinámicas y aplausos me sirvió muchísimo para soltar más mi personalidad y presentar mejor en mis otros ramos. Me voy feliz y agradecido porque se formó un grupo increíble donde pasamos de ser simples compañeros a amigos entre puras risas. Lo recomiendo 100% a cualquiera que quiera aprender sobre habilidades blandas y expresión corporal pasándolo bien, además de salir un rato de la rutina académica.